«Hola, buenas noches. Quiero contar lo que le sucedió a mi hijo de 4 años para que las madres y padres no sigan confiando y se fijen dónde y en manos de quién dejan a sus niños, porque muchas veces vemos que los tratan con amor, los reciben con alegría y siempre con esa sonrisa que engaña.
«Mi hijo, desde los 3 años, va a un jardín [de infantes de la ciudad de Villaguay] y decidí este año volver a mandarlo porque él quería mucho a su ‘seño’. Ella estaba al tanto de sus problemas de salud. Fui a hablar como suele hacer cualquier madre, varias veces, ya sea por peleas, por salud, para estar al tanto de sus cambios, etc.
«El día viernes, 1 de agosto de 2025, veo que mi niño no llega con la alegría de siempre. Llegó, me mostró un presente que le dio la seño y se sentó en la mesa, y ahí se quedó. No salió a jugar a la pelota con los chicos del barrio. Al rato vamos al CIC a un control y, al volver a casa, se vuelve a sentar y se queda quieto. Cerca de la noche, salió y jugó un ratito, pero algo lo tenía mal; su carita lo decía.
«Llegó la hora de la cena, comió algo, después lo bañé y vi su nariz y su boquita rojas. Le puse crema y pensé que era su alergia. Llegó la hora de dormir y él estaba inquieto. Me pide que apague la tele, que quería dormir, pero le dolía la cabeza.
«Cuando quedamos a oscuras, él, desde su camita, empieza a narrar lo sucedido: ‘Mamá, tal nena me pega una piña y me caigo. Yo me levanté y le pegué en la cara, y ella se tira y empieza a llorar. Entonces, la ‘seño’ me saca para atrás del jardín, donde está el parque, me ata las piernas con una soga blanca, en mis manos me pone cinta blanca y, como yo lloraba mucho, me pone cinta en la boca. No me dejó comer. Después que comieron todos, tampoco pude jugar en el parque. Yo llamaba a mi mamá para contarle que la ‘seño’ me tenía atado».
«El sábado, después del mediodía, él seguía contando lo mismo. Realicé la denuncia. Fui primero yo y después me lo hicieron llevar a él. Al fiscal le contó exactamente lo mismo, y al doctor también.
«Hoy fui a la departamental [de policía] y me dijeron que, «quizás lo inventó porque quiere un celular, que si estaba al tanto de lo que él mira, que pudo alucinar», etc., ya que la ‘seño’ «tiene 12 años de profesión, muy buena y dedicada en lo que hace».
«En el Copnaf [Consejo Provincial del Niño y la Familia] quedaron en llamarme. Pasamos un fin de semana muy triste. Él está asustado; ni nombrarle el jardín, llora muchísimo cada vez que recuerda o habla de lo sucedido.
«Quiero que se haga justicia, que no sea un caso más y que no minimicen lo sucedido. Yo le dejé mi niño confiando en que era una buena persona, que lo quería como parecía. Muchas gracias. Soy del barrio Illia».
La desmentida institucional:
«Quienes trabajamos hace tiempo con la seño que desde viene siendo acusada injustamente a través de redes sociales en Villaguay, sabemos con absoluta certeza, de su compromiso, respeto y amor hacia cada niño y cada niña, de su manera amorosa de enseñar y acompañar.
«Nos duele profundamente que se difundan falsas acusaciones, sin pruebas, que dañan no solo a una persona, sino a toda una trayectoria construida con dedicación, esfuerzo y vocación.
«En tiempos donde las redes amplifican voces sin responsabilidad, elegimos levantar la nuestra para decir: la verdad importa.
«Defender a una docente no es encubrir; es poner en valor su integridad cuando es injustamente atacada, es sostener la verdad y cuidar a quienes día a día ponen el cuerpo, la cabeza y el corazón en su trabajo.
«Todo niño merece ser cuidado, y también toda docente merece ser escuchada, respaldada y protegida cuando se difama su nombre.
«Ante las falsas acusaciones que circularon en redes sociales contra una compañera y colega, queremos expresar nuestro profundo repudio a la difusión irresponsable de información que daña la integridad y el nombre de una trabajadora de la educación con más de diez años de trayectoria intachable.
«Dolorosamente, vemos cómo se instala una versión sin pruebas, sin derecho a réplica, sin investigación previa, condenando socialmente a alguien que siempre actuó con responsabilidad y entrega.
«Las redes no pueden ser tribunales. La verdad importa, y también importa el daño que se genera cuando se difama sin fundamentos.
«Pedimos respeto. Pedimos responsabilidad. Pedimos que se escuche también nuestra voz. Porque cuidar a la infancia también implica cuidar a quienes la acompañan con amor y vocación».